Uno de los eventos que genera mayor controversia en nuestro calendario es el cambio entre los husos horarios: el de Invierno y el de Verano. Al igual que en otras áreas de la vida, cada persona lleva dentro un experto del consumo energético para justificar su postura ante la disyuntiva de mantener un cambio horario permanente cada medio año o adherirse a uno específico. A continuación, te explicaremos su origen y cómo puede afectar a nuestra instalación de placas solares.
Breve historia del cambio horario
Pese a que existen registros de ajustes estacionales en las actividades humanas desde hace siglos, la versión más extendida nos dice que el precursor de esta idea fue el político e inventor Benjamin Franklin. Durante su etapa como embajador en Francia en 1784, cuando se levantaba a las seis de la mañana y veía el sol brillando tras la ventana, se dio cuenta que se perdían muchas horas de luz, mientras que por las tardes la gente tenía que encender muchas velas para poder seguir trabajando en la oscuridad. Franklin propuso entonces varias medidas para ahorrar energía en el diario The Journal de París, pero su propuesta nunca se tuvo en cuenta.
Casi 200 años más tarde, en el 1905, fue el constructor inglés William Willett el que publicó sus medidas de ahorro (Daylight Saving Time) inspirado durante sus paseos matutinos a caballo por Londres donde se dio cuenta de que la ciudad dormía varias horas cuando ya era de día. Proponía unas transiciones semanales algo complejas, por lo que su idea tampoco llegó a materializarse.
A pesar de no cuajar ninguna de las dos ideas, estas fueron el germen del primer cambio de hora oficial, que ocurrió durante la Primera Guerra Mundial, en 1916 Estados Unidos tomó esta medida para ahorrar combustible. El 30 de abril del mismo año, el gobierno alemán adelantó una hora sus relojes para reducir el uso de luz artificial y ahorrar también energía.
En España, a partir del año 1940 se ajustaron los relojes a la hora de Alemania, pero no sería hasta el año 1973 que el cambio se hizo oficial y prácticamente definitivo.
No obstante, puede que el cambio de hora tenga los días contados: el BOE establece el próximo año 2026 como el último en el que se llevará a cabo si la Comisión Europea aprueba la medida.
El cambio horario en la actualidad
Hasta la aparición e implantación del tendido eléctrico, las velas, la madera y el carbón, supusieron el único método de obtener calor y luz. Su coste era muy elevado, por lo que la población percibía un ahorro al tener luz natural más temprano. Ese coste se redujo enormemente con la llegada de las bombillas de filamento, pero la aparición de las bombillas de bajo consumo y LED ha hecho que ese ahorro sea prácticamente imperceptible.
Una de las grandes desventajas de la época era el desajuste horario que provocaba en la población, ya que era necesario ajustar cada reloj y dispositivo manualmente. Más adelante, con el desarrollo de los ordenadores se introdujo de la mano de Microsoft un ajuste inteligente preprogramado por países en su sistema operativo Windows 95. Aunque al principio su estabilidad no fuera óptima y no funcionaba a la perfección, sentó las bases del algoritmo que se encarga de que nuestros dispositivos sepan cuándo adelantar o retrasar la hora por sí mismos hoy en día.
En septiembre de 2018, la Comisión Europea llevó a cabo una consulta sobre el cambio horario en la que participaron 4,6 millones de ciudadanos de la Unión Europea. Algunos informes indicaban un impacto negativo en la salud y la productividad de la sociedad, y la respuesta a la consulta salió que un 84% estaba en contra del cambio horario. La propuesta recibió el visto bueno de los eurodiputados en el primer semestre de 2019. Sin embargo, desde entonces no se ha llegado a materializar.
El Brexit, la pandemia, o la guerra entre Rusia y Ucrania y otros acontecimientos que han ido sucediendo en la Unión Europea han ido posponiendo hasta hoy en día la discusión.
A lo largo de estos años, algunos estudios han podido demostrar el impacto negativo para la salud, por ejemplo con la presencia de más ataques al corazón y enfermedades digestivas en la semana posterior al cambio de hora. Lo mismo pasa con los accidentes de tráfico, que sufren pequeños repuntes en esa semana.
Impacto de estos cambios en la instalación fotovoltaica
Pero la pregunta es, ¿Afecta el cambio horario a mi instalación de placas solares? Y la respuesta es no. Las placas solares funcionan exactamente igual en ambos periodos del año, tanto en horario de verano como en horario de invierno.
Sin embargo, como ya comentamos en otros artículos, la radiación solar va fluctuando con las estaciones y con ello la producción total de energía. Por ejemplo, en verano disponemos de un promedio de 15 horas diarias de radiación solar, permitiéndonos así una mayor flexibilidad a la hora de programar los electrodomésticos que consumen más electricidad y aumentando así nuestro nivel de autoconsumo.
Lo importante para aprovechar al máximo la producción de energía de nuestras placas solares, es poder adaptar nuestro consumo a las horas de producción solar, maximizando así nuestros ahorros. La instalación de baterías eléctricas pueden ayudarnos a aumentar nuestra flexibilidad y aprovechamiento solar, en la hora del día que sea.En SolarYou contamos con profesionales que os ayudarán en todo momento a dimensionar correctamente la instalación de placas solares en función del consumo actual de la vivienda y también del potencial de consumo eléctrico a futuro. Además, facilitamos la monitorización de la instalación para lograr sacar el máximo provecho de la misma.