En la actualidad, gracias a los avances en la tecnología fotovoltaica y de almacenamiento eléctrico, es posible cubrir parte o incluso la totalidad de las necesidades energéticas de un hogar y lograr la independencia de la red eléctrica. La instalación de paneles solares fotovoltaicos nos permite aumentar la autonomía energética, disminuir la factura de electricidad y reducir la huella de carbono.
Una vivienda energéticamente autosuficiente
Gracias a los avances tecnológicos en la energía fotovoltaica y almacenamiento eléctrico, hoy en día es posible conseguir la autosuficiencia energética de una vivienda. Por ejemplo, si nos encontramos en una ubicación aislada de la red eléctrica, con una combinación de paneles solares y almacenamiento eléctrico por medio de baterías, podríamos conseguir dicha autosuficiencia. La energía solar captada por los paneles se utiliza directamente a tiempo real o bien se almacena en baterías eléctricas para su uso posterior. Esto permite abastecernos y garantizar la autonomía eléctrica sin depender de un proveedor de electricidad.
Sin embargo, es importante saber que esta solución requiere un correcto dimensionamiento de la instalación fotovoltaica y los sistemas de almacenamiento eléctrico acorde a la ubicación de la vivienda y al consumo eléctrico esperado.
Es necesario adaptar el estilo de vida y tener en cuenta los cambios estacionales. Los paneles solares pueden generar toda la electricidad necesaria para el hogar, pero se debe tener en cuenta que en invierno la producción eléctrica es menor. Es recomendable utilizar electrodomésticos de bajo consumo energético y adaptar el consumo de electricidad a los datos de producción y almacenamiento del sistema eléctrico instalado. Una gestión eficiente de la energía se vuelve esencial en este caso.
Almacenamiento eléctrico: las baterías domésticas
En cuanto al almacenamiento, los dispositivos usados para almacenar la electricidad producida por los paneles solares son las baterías eléctricas, también conocidas como celdas o acumuladores. Estas se cargan durante el día con el excedente de energía solar producida y se descargan durante las horas en las que los paneles no producen electricidad, permitiéndonos ahorrar en electricidad.
Existen varios tipos de baterías eléctricas: baterías de plomo-ácido, baterías AGM (Absortion Glass Mat), baterías de gel, baterías estacionarias y baterías de litio. Las más utilizadas para instalaciones fotovoltaicas son las baterías de litio, ya que cuentan con una mayor densidad energética, una mayor vida útil que el resto y requieren muy poco mantenimiento, siendo su precio también más elevado.
A pesar de incrementar el coste de la instalación fotovoltaica, las baterías permiten maximizar el ahorro de la instalación fotovoltaica, debido a que almacenan la energía sobrante para su uso en horas posteriores. De esta forma, se aumenta el porcentaje de energía autoconsumida y se reduce la cantidad de energía vertida a la red.En resumen, la independencia de la red eléctrica mediante la energía fotovoltaica es cada vez más factible. Con una instalación adecuada de paneles solares y sistemas de almacenamiento eléctrico, y una gestión eficiente del consumo de energía, es posible cubrir una parte significativa o incluso la totalidad de las necesidades energéticas de un hogar. A medida que avanza la tecnología, se espera que los sistemas de almacenamiento de energía mejoren y aumenten su rentabilidad, lo que contribuirá aún más a la independencia energética y a la transición hacia fuentes de energía más sostenibles.